Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo – Groucho Marx
Tengo varios años viendo al mundo de lejos, y por supuesto no es una tarea fácil siendo parte de una familia de 9. Pero no deja de resultarme interesante cómo cada vez noto más que el trabajo del comediante y del investigador de mercados tienen mucho en común, ya que todo se basa en observación. La gente se ríe de las cosas que sabe que son ciertas pero nunca antes ha visto desde la perspectiva del comediante y los mercadólogos quieren ver cosas que ya saben que existen pero nunca han visto desde una perspectiva externa.
El costo que tiene esto para la persona es alto. Si dedicas tu vida como Garrik a hacer reír a todos, no encontrarás a nadie que te haga reír a ti. Si quieres comprender a todos no habrá nadie que te comprenda. No sé si Francisco de Asís sabía lo que estaba pidiendo cuando pidió “no ser comprendido sino comprender”.
Hasta el momento nadie lo ha notado, pero llevo ya casi un año vistiendo en público con exactamente la misma ropa todos los días. Eso tiene dos razones: Una es no desperdiciar mi mente en pensar qué ropa me voy a poner hoy (que es la misma razón por la que Mark Zuckerberg hace lo mismo), y la otra es para que la gente no se fije en cómo me visto sino en lo que estoy diciendo.
Pocas personas lo saben, pero esa última es la razón por la que los sacerdotes se ponen un alba bajo la casulla. La casulla es la prenda de colores que normalmente vemos durante la Misa, y el alba es la túnica blanca que llevan por debajo, encima de su ropa normal. Antes de la Misa, el sacerdote reza diciendo algo como “…que no me vean a mí, sino a Cristo…”.
Según pasan los años, me vuelvo más invisible. No estoy completamente seguro si eso es bueno para mí, pero espero que lo sea para otros. Al final de cuentas, cuando miras una comedia la idea es no es que salgas diciendo “¡qué bueno es este cómico!” sino “¡Cómo me he reído!”.