¿Y si ambos tienen razón?
Dos cosas antes de leer este artículo: Primero, yo creo que las personas se comportan como ondas o partículas físicas. Segundo: que con frecuencia publicistas y anunciantes se enfrentan por lo que se conoce como “segmentación”.
¿Cuál es el problema? Mientras que los anunciantes quisieran anunciarle “sólo a los que van a comprar”, los publicistas quieren atraer “a todos los que podrían eventualmente comprar”. Por supuesto, la segunda opción requiere un mayor presupuesto y los anunciantes creen que la única razón de apoyar esto es ganar más. Por el contrario, los publicistas piensan que los anunciantes son tacaños y no quieren ver crecer su negocio.
¿Qué pasa si ambos tienen razón?
Veritasium lo explica con la física del flujo laminar y el flujo turbulento.
https://www.facebook.com/veritasium/posts/4294597327254687
En términos sencillos, el flujo laminar sólo puede existir a una pequeña escala. En gran escala, los flujos son siempre turbulentos.
Según mi punto de vista, lo mismo pasa con los consumidores: Mientras a pequeña escala todos son parecidos y se comportan de manera similar; a gran escala todos son diferentes y se comportan de manera diferente.
Los anunciantes que han crecido con flujos de consumidores pequeños, quisieran mantener ese crecimiento con un flujo laminar de clientes, pero es imposible a gran escala. Cuando el anunciante abre su negocio a la publicidad, necesariamente se enfrenta a la frontera de la turbulencia: su crecimiento depende de aceptar que sus clientes ya no serán tan ordenados, puntuales y precisos como eran antes; que ya no puede controlar su publicidad con un logo guide preciso; que no todas sus tiendas van a ser iguales a la que fundó su tatarabuelo en 1870.
El reinado de los medios electrónicos y las redes sociales nos enfrenta a publicistas y anunciantes a cada vez mayor turbulencia, tachonada de minúsculos flujos laminares que pueden engañarnos fácilmente.
Pero si regresamos al origen de todo, vemos que tanto flujos laminares como turbulentos tienen un mismo origen y una misma dirección, aunque en el camino veamos torbellinos en dirección opuesta. Al final ambos estamos viendo lo mismo, a escalas diferentes.
No es mala idea ponernos de acuerdo.