Las pajas que nos venden 2
La segunda gran paja que nos venden es que “todo depende de la actitud”. Vamos mal desde el origen, porque hay actitudes buenas y malas, pasivas y activas. Pero de repente “actitud” se convierte en una panacea universal capaz de hacerte saltar el edificio más alto de un solo impulso.
Con el fin de ganarme más enemigos de los que ya tengo digo claramente: Pajas. No es cierto. Es completamente falso. Mentira gorda y vil.
Por más “actitud” que tenga una persona ciega, no va a poder ver. Claro y simple. Por supuesto, los charlatanes citarán a Hellen Keller y la maestra maravillosa y dirán que se puede “ver” sin los ojos. Y sí, pero Hellen y su maestra tenían OTRAS cualidades y además, no se puede extrapolar los resultados individuales a la población en general.
Nuevamente, la paja de la actitud lo único que pretende es generarnos una frustración que jamás podrá ser satisfecha. ¿Nunca llegas a tu cuota de ventas? Es por tu actitud, no porque el hijo de puta del gerente la haya puesto a propósito más allá de lo humanamente posible. ¿No adelgazas ni tienes el cuerpo marcado? Es porque no tienes actitud y no porque no te sobran ocho horas diarias para pasártelas en el gimnasio mirándote al espejo.
Lo digo claro y pelado. La actitud sobra cuando se tienen las cualidades, un padre millonario que te hereda su fortuna o la buena suerte de estar en el lugar correcto a la hora apropiada. Ninguna actitud resucitará al que se congeló subiendo al Everest y no hay actitud capaz de hervir un huevo de tres minutos en 20 segundos.
Mis estimados charlatanes, se pueden empezar a poner su actitud donde no le dé el sol. La clave del éxito podrá estar en muchos lugares, pero no está en la actitud. Está en la capacidad, en la suerte, en las oportunidades, en el esfuerzo repetido y no en su ridícula e inútil actitud.
Ya los veo regodeándose diciendo que lo que me falta es actitud, lo sé. Me vale madre. Con su permiso, me desconecto.