Caminos misteriosos
Un creativo que se precie no puede decir “a mí me gusta esta música” ni “prefiero los gatos sobre los perros”. Un creativo debería ser básicamente un recipiente vacío donde cabe de todo, como el famoso canasto del sastre de Pepe Milla.
Y eso es por dos razones fundamentales: una, que los clientes son tan variados como cualquier persona en este mundo, y la otra porque la inspiración te puede sorprender en el lugar más inesperado.
Un mismo año hice un jingle inspirado en El Chombo y otro con la música más melosa y pop que se puede uno imaginar. Y ambos funcionaron igual de bien para el mismo cliente. Si me hubiera negado a escuchar al Chombo o a Michael Jackson, no habría sabido qué hacer.
Hoy en la mañana estaba leyendo un sitio de humor y me encontré con un descubrimiento impresionante sobre los ojos de las gallinas, que me inspiró a crear una de las teorías estratégicas más revolucionaria de mi vida. Espero poder ponerla en práctica pronto. Es de esas cosas que nadie sabrá de dónde vino.
Nadie, excepto yo.