Prudencia

Foto de Andrea Piacquadio

Nos gusta creer que lo sabemos todo. Y cualquiera de mis inexistentes lectores podría en diez segundos darnos una definición de prudencia. Lo más probable es que se confunda y defina “cautela” en lugar de prudencia.

No se ofenda, porque me pasaba lo mismo. Acabo de aprender que el objetivo de la prudencia es alcanzar un fin bueno. ¿Verdad que no se parece tanto a “andar con pies de plomo”?

Entonces, para actuar con prudencia, lo primero que debemos saber es qué queremos lograr y eso que queremos lograr debe ser bueno. Si no fuera bueno, sería imprudente.

Un ejemplo sencillo: Queremos ahorrar para una tele nueva. Digamos que el fin es bueno, aunque es más bien indiferente. Lo prudente sería averiguar primero cuánto cuesta la tele, ¿no es cierto? Porque si no nos embarcaríamos a un frenesí de ahorros sin saber cuándo terminar.

Ya con el dato del precio, lo prudente es definir un tiempo razonable para alcanzar el objetivo. Sería imprudente pretender tener todo el dinero junto en un mes y también lo sería esperarse 40 años. Así pues, definimos que queremos la tele para Navidad, nos faltan seis meses.

Ahora la prudencia nos indica que debemos calcular el monto que necesitamos ahorrar cada mes para alcanzar el objetivo. Un poco de astucia y habilidad matemática nos dirán si el ahorro es siempre igual, se puede incrementar o disminuir según la disponibilidad de fondos.

Sin dar más detalles, estrenamos tele en Navidad porque fuimos prudentes. No solo cautelosos con nuestros gastos, no solo negándonos a darnos un gusto que podría descalabrar nuestro plan de inversión: Siendo prudentes en todo el proceso.

¿Qué habría sido una imprudencia? Gastarse el dinero en otra cosa. O empeñarse en la tele en Navidad y desaprovechar una oferta en el Black Friday.

Por raro que te parezca, la prudencia a veces te pide actuar de inmediato. La prudencia jamás es quedarse estático esperando que llegue un mensaje del cielo.

Prudencia es lograr un objetivo bueno. Me sorprende que nunca antes lo había pensado.

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